Los artesanos de 'La Fábrica de las Ideas' presumen de ser capaces de fabricar cualquier espacio u objeto que sus clientes (principalmente agencias de comunicación y productoras) sean capaces de imaginar. Para salir del anonimato y reforzar ese posicionamiento se hacía necesario un envío de mk directo que trasladara el espíritu fresco y resuelto de una empresa donde nada es imposible…mientras haya ideas.
La pieza a enviar debía ser dos cosas: por un lado, un buen ejemplo del trabajo que La Fábrica de las Ideas es capaz de desarrollar. Y por otro lado, un guiño a la labor desarrollada día a día en agencias y productoras. De esta fusión nació una deidad zumbona en forma de tiki polinésico bautizado como Ayvatú. ¿Su función? Aportar inspiración en momentos de bloqueo o duda creativa.
El envío, destinado a potenciales clientes de toda España, instaba al receptor a colocar a Ayvatú en su lugar de trabajo y solicitarle inspiración cada mañana propinándole 3 calvotes en su dorada cabeza. Teniendo en cuenta que, cuando las ideas afloraran, los chicos de “La Fábrica de las Ideas”, eran los más indicados para hacerlas realidad.
La “Experiencia Ayvatú” se completaba con un incorrecto cómic integrado dentro del mismo packaging, así como con un consultorio online en el que creativos de todo el país pudieran pedir consejo al Tótem de las Ideas.